Diatriba para Astaroth
Primera Parte
No suspires a baza, Astaroth del humedal
Que el moho de tu desquicio me oxida la intención
Y he tardado tanto
En
la recolección de estos destrozos
En mi natura
descomposición
Aun
hirviendo
Que
no perderé mil años más otra de tus siestas.
Soy como el árbol de Carampangue, digo:
Y no le temo a mi propia sangre por guacho de nacimiento.
Y cómo no correr aunque sangrante
Con tus hachas aun cayendo de mi espalda bífida
Porque penquista
me sabías (sureño perturbo)
Me
sabías, me sabías, me decías
Una presa pavorosa
y volátil
Con
la que gritabas la sanación de tus sentencias
Sobre
las súplicas de estas llagas que no te
absolverán jamás.
Mientras Brecht me siga gritando en la exhalación de tu letargo:
Ahora es cuando empiezo.
Jaime Antonio Guzmán