Adolescencia
Me beberé tu boca toda
que ni ganas te quedarán para advertirme
ni corazón, ni alma, ni penitencias
porque todo eso
me lo habré bebido hasta la embriaguez sin
pagarte.
Y no me importará dejarte inerte
colgada en la pared del Nubia
como una foto en sepia de Dulia Henríquez
que ya no estará para ti
para reanimarte.
Me iré lleno de ti, de tu rush, de tu cera de
abeja
tan completo y tan suficiente
que esta vez no regresaré
porque me iré a Dichato con el hálito de tu locura
y todos tus besos juntos que dormitarán la lejanía.
Jaime Antonio Guzmán