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A la memoria de todas las mujeres chilenas
que en la mohosa marcha de los tiempos,
inevitablemente,
han caído presas de la barbarie humana
emplazadas por la violencia intrafamiliar,
la intimidación conyugal y el terrorismo de género.
Particularmente,
a la memoria de aquellas mujeres
que han sido víctimas del femicidio.
que en la mohosa marcha de los tiempos,
inevitablemente,
han caído presas de la barbarie humana
emplazadas por la violencia intrafamiliar,
la intimidación conyugal y el terrorismo de género.
Particularmente,
a la memoria de aquellas mujeres
que han sido víctimas del femicidio.
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(Pintura cedida por el Poeta y Pintor Leo Lobos, para esta publicación)
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A pesar de ser un día lluvioso, el Salón principal del Colegio de Asistentes Sociales recibió, el viernes 19 de junio de 2009, a decenas de personas que, ansiosas, esperaban la presentación del libro "Corazón Verde Oliva", escrito por Jaime Antonio Guzmán.
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(En la fotografía, el Poeta Jaime Antonio Guzmán y su Colega Asistente Social, Presidenta del Colegio de Asistentes Sociales de Santiago, Victoria Romeo, el día de Lanzamiento)
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A continuación, las primeras estrofas de esta nueva apuesta literaria, en la que el poeta rescata la lógica poética tradicional de fines del Siglo XIX, con rima estricta y versos lineales, frente a un problema cultural que aun, en pleno Siglo XXI, sigue tan vigente como antaño, la Violencia Contra la Mujer.
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Ni siquiera nacía Mariana y ya en sus besos
Ni siquiera nacía Mariana y ya en sus besos
la afable amante casada mordía la angustia
a veinticinco puños y medio y cuatro pesos
cuando la Juana cosía a lana su cara mustia
hecha migajas de tanto esconder del alba
la ira indómita del fuste que la acertó
mientras solloza entre las piernas de la Rosalba
el recuerdo insalubre de un amor que despertó
otrora sueños de una alianza suficiente
entre un hombre, una mujer y un virgen juramento
un tembloroso estío de alma y pasión creciente
que no ha podido con el tic tac de su lamento.
Es que la muy llorona aun no logra la espera
esa que en la llovizna le limpia a una la paz
no ha pretendido hasta ahora almacenar certera
el riesgo sensato de contemplarse capaz
o el trance incierto de sentirse a ratos lozana
las mismas mejillas rotas que ayer sus mimos
provocaron tenues los rezos una mañana
por el amor que se siente que resentimos
ese mismísimo sesgo que por mujer calló
el curvo haragán del zapatón indiferente
que aun escondiéndose en el Barros Luco no halló
un paño limpio que le fregara la frente.
Menos mal que menos mal la Juana andaba cerca
con la vecina de la esquina en un casual encargo
las dos corriendo ardores mientras su amiga terca
sangraba por los ojos su llanto más amargo
porque increíblemente con su cara mancillada
no quiso denunciar al hombre que la ensombró
ni dejó ser atendida aun estando embarazada
para sentir la muerte palpitar y se asombró
de haberse sentido tantas veces tan dolida
tan echada al despojo en su perenne dolencia
pensó en cansarse para siempre y emprender salida
diciendo adiós a las baladas de la violencia.
Ni siquiera nacía Mariana y ya en sus besos
la afable amante casada mordía la angustia
a veinticinco puños y medio y cuatro pesos
cuando la Juana cosía a lana su cara mustia
hecha migajas de tanto esconder del alba
la ira indómita del fuste que la acertó
mientras solloza entre las piernas de la Rosalba
el recuerdo insalubre de un amor que despertó
otrora sueños de una alianza suficiente
entre un hombre, una mujer y un virgen juramento
un tembloroso estío de alma y pasión creciente
que no ha podido con el tic tac de su lamento.
Es que la muy llorona aun no logra la espera
esa que en la llovizna le limpia a una la paz
no ha pretendido hasta ahora almacenar certera
el riesgo sensato de contemplarse capaz
o el trance incierto de sentirse a ratos lozana
las mismas mejillas rotas que ayer sus mimos
provocaron tenues los rezos una mañana
por el amor que se siente que resentimos
ese mismísimo sesgo que por mujer calló
el curvo haragán del zapatón indiferente
que aun escondiéndose en el Barros Luco no halló
un paño limpio que le fregara la frente.
Menos mal que menos mal la Juana andaba cerca
con la vecina de la esquina en un casual encargo
las dos corriendo ardores mientras su amiga terca
sangraba por los ojos su llanto más amargo
porque increíblemente con su cara mancillada
no quiso denunciar al hombre que la ensombró
ni dejó ser atendida aun estando embarazada
para sentir la muerte palpitar y se asombró
de haberse sentido tantas veces tan dolida
tan echada al despojo en su perenne dolencia
pensó en cansarse para siempre y emprender salida
diciendo adiós a las baladas de la violencia.
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(De Derecha a Izquierda: El Poeta José María Memet, la Concejala Claudia Pizarro, el Presidente de la Comisión de Cultura de la Democracia Cristiana Enrique Bertrán, Irene Arriagada, Antonio Wagner, María Paz Ladrón de Guevara y el Poeta Jaime Antonio Guzmán).
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(De derecha a Izquierda: El Poeta Jaime Antonio Guzmán, el Actor Aníbal Reyna y el Poeta Christian Gonzalez Díaz)
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Esta Publicación fue dedicada por el Poeta a:
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Aurora Matamala Romero, su abuela
(QEPD)
-Que en Paz Descance-
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y a Paulina Guzmán Mora, su hija
(QVEP)
-Que Viva en Paz-
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Jaime Antonio Guzmán
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(De derecha a Izquierda: El Poeta Jaime Antonio Guzmán, el Actor Aníbal Reyna y el Poeta Christian Gonzalez Díaz).
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Esta Publicación fue dedicada por el Poeta a:
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Aurora Matamala Romero, su abuela
(QEPD)
-Que en Paz Descance-
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y a Paulina Guzmán Mora, su hija
(QVEP)
-Que Viva en Paz-
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Jaime Antonio Guzmán
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